Mar del Plata
niebla. neblina... no debe ser lo mismo...
no conocía mardelplata hasta que fui a verlo a él. por lo menos ahora lo siento asì. había ido cuando era chico pero solo recuerdo haberme perdido en una playa. jaja me esperaba con una sonrisa de oreja a oreja. y para los dos era raro encontrarnos así... con una "pareja" o algo similar "de vacaciones".
fuimos hasta su casa/depto en mardel y nos dimos un abrazo, como correspondía y un beso. nos habíamos extrañado como locos. incluso, creo, habíamos pasado más tiempo sin vernos que juntos.
pasamos unos días de película. me mostró la ciudad, los lugares que le gustan... fuimos a conocer lugares que no conocía él y menos yo. me sacó fotos... muchas fotos... nos sacamos muchas fotos... caminamos mucho... salimos... él nunca había visto un show de transformismo. yo no lo podía creer. no le daban los ojitos para ver todo el show junto: transformista, strippers, coreo... por suerte era la moro. y había famosos de la obra de teatro en la que trabajaba.
tomamos mucho sol, charlamos mucho, jugamos al truco. nos compramos unas sunguitas muy graciosas. él una roja, yo una celeste. y anduvimos por la playa así... muchas miradas... mucha risa... mucho de conocer al otro en aspectos que no se ven en casa.
mardelplata se convirtió en nuestro pequeño paraíso. ese lugar de recuerdos frescos y sonrisas. un idílico paisaje con el que nos mezclamos.
volvimos varias veces más. en marzo, para el festival de cine, él tomó las vacaciones. yo fui unos días pero me tuve que volver. quedé en volver, si podía, al finde siguiente, para que no estuviera solito y porque lo iba a extrañar mucho. le compré queso, unas galletas, cositas para que le queden y me recuerde mientras volvía. no pude volver. lloré un poquito. fue a ver varias pelis. me las contaba por chat.
cuando volvió, mi alegría era inmensa. lo esperé como a las 6 de la mañana o algo asì, porque venía con la bici y lo iba a ayudar. no veía el momento en que bajara del colectivo. cuando por fin lo vi, sentí que quería estrujarlo en un abrazo interminable. armó la bici y caminamos hasta mi casa... dormimos.
él no correspondía mis "te quiero"... me sentí extraño. finalmente, por la noche, me lo confesó todo. había estado con alguien más... alguien que conoció cuando fue a ver una de esas pelis al cine... una peli gay. una sala llena de gays. muchas miradas. lo normal. solo que yo no estaba. y él fue vulnerable en ese momento. tuvo ganas. que se yo. el resto es historia. ya no lo cuestiono. aquella noche hice un escándalo. lloramos sin parar durante 2 horas. no dormí. ni ese día ni al siguiente. mi aspecto era de terror.
no paraba de llorar... le pedí que se quedara conmigo, que no me deje solo. le escribí mails kilométricos diciéndole cómo me sentía, todo lo que pensaba, todo lo que pasaba por mi mente... dije muchas cosas... una de ellas es que mardelplata se me había derrumbado en el pensamiento. que se había muerto todo aquello que esa ciudad representaba para mi. que no quería volver a pisar ese suelo.
creo que aquella manifestación mía lo entristeció. le dije que no quería volver a ver las fotos de mardelplata. él lloró con esa expresión. mi pequeña cosita llorando es la manifestación más clara de la ternura... le pedí que me dejara tiempo para asimilar todo... él nunca quiso romper la relación, si bien yo sentí que algo se había quebrado entre los dos. siempre le expliqué que para mí el perdón es una cosa que no sirve para nada, porque es otorgar la licencia para que el otro vuelva a cometer aquel acto con el que nos agredió. por eso no lo iba a perdonar. si es que debía. nunca he sido un santo. y tampoco he sentido culpa por ello. él es diferente.
tiempo después fuimos a ver "un año sin amor"... una peli de temática gay... al cine. por suerte no fue en mardelplata. fue rara la escena nuestra viendo un película así en el cine... nos sentimos muy unidos.
tiempo después... como era de preverse volvimos a mardelplata. no quise ni mirar el lugar en el que estuvo con aquel muchacho... no quise ni mirar.
y cuando nos estábamos yendo, unas horas antes... nos abrazamos en la cocina y volvió a cantarme... "allá afuera..." y solamente pude llorar... en un momento creí que me iba a sentir realmente perdido... y cuando estuvimos allí otra vez sentí que recuperábamos algo de lo que se había roto. sentí que seguíamos juntos por algo. que éramos un algo.
solo me queda el recuerdo de aquellos eventos de marzo. imágenes que cada tanto me revuelven la memoria. fotos. imágenes de hechos que no presencié. tal vez, por eso duelan tanto. porque pertenecen a un relato ajeno. son los dibujos que le hice a un texto que yo no escribí.
tampoco son tan importantes... por eso seguimos juntos. porque hay algo ahí. porque hay fotos de un relato que ya no es solo mío, es nuestro. hay caricias de una historia que no me contaron, sino que la viví. hay "te quiero" que no inventé. hay besos que acompañan una historia que se construye hace más de 20 meses ya. hay errores, hay acuerdos. estamos nosotros. juntos. vivos. para los dos.
no creo que mardelplata tenga la culpa.
no conocía mardelplata hasta que fui a verlo a él. por lo menos ahora lo siento asì. había ido cuando era chico pero solo recuerdo haberme perdido en una playa. jaja me esperaba con una sonrisa de oreja a oreja. y para los dos era raro encontrarnos así... con una "pareja" o algo similar "de vacaciones".
fuimos hasta su casa/depto en mardel y nos dimos un abrazo, como correspondía y un beso. nos habíamos extrañado como locos. incluso, creo, habíamos pasado más tiempo sin vernos que juntos.
pasamos unos días de película. me mostró la ciudad, los lugares que le gustan... fuimos a conocer lugares que no conocía él y menos yo. me sacó fotos... muchas fotos... nos sacamos muchas fotos... caminamos mucho... salimos... él nunca había visto un show de transformismo. yo no lo podía creer. no le daban los ojitos para ver todo el show junto: transformista, strippers, coreo... por suerte era la moro. y había famosos de la obra de teatro en la que trabajaba.
tomamos mucho sol, charlamos mucho, jugamos al truco. nos compramos unas sunguitas muy graciosas. él una roja, yo una celeste. y anduvimos por la playa así... muchas miradas... mucha risa... mucho de conocer al otro en aspectos que no se ven en casa.
mardelplata se convirtió en nuestro pequeño paraíso. ese lugar de recuerdos frescos y sonrisas. un idílico paisaje con el que nos mezclamos.
volvimos varias veces más. en marzo, para el festival de cine, él tomó las vacaciones. yo fui unos días pero me tuve que volver. quedé en volver, si podía, al finde siguiente, para que no estuviera solito y porque lo iba a extrañar mucho. le compré queso, unas galletas, cositas para que le queden y me recuerde mientras volvía. no pude volver. lloré un poquito. fue a ver varias pelis. me las contaba por chat.
cuando volvió, mi alegría era inmensa. lo esperé como a las 6 de la mañana o algo asì, porque venía con la bici y lo iba a ayudar. no veía el momento en que bajara del colectivo. cuando por fin lo vi, sentí que quería estrujarlo en un abrazo interminable. armó la bici y caminamos hasta mi casa... dormimos.
él no correspondía mis "te quiero"... me sentí extraño. finalmente, por la noche, me lo confesó todo. había estado con alguien más... alguien que conoció cuando fue a ver una de esas pelis al cine... una peli gay. una sala llena de gays. muchas miradas. lo normal. solo que yo no estaba. y él fue vulnerable en ese momento. tuvo ganas. que se yo. el resto es historia. ya no lo cuestiono. aquella noche hice un escándalo. lloramos sin parar durante 2 horas. no dormí. ni ese día ni al siguiente. mi aspecto era de terror.
no paraba de llorar... le pedí que se quedara conmigo, que no me deje solo. le escribí mails kilométricos diciéndole cómo me sentía, todo lo que pensaba, todo lo que pasaba por mi mente... dije muchas cosas... una de ellas es que mardelplata se me había derrumbado en el pensamiento. que se había muerto todo aquello que esa ciudad representaba para mi. que no quería volver a pisar ese suelo.
creo que aquella manifestación mía lo entristeció. le dije que no quería volver a ver las fotos de mardelplata. él lloró con esa expresión. mi pequeña cosita llorando es la manifestación más clara de la ternura... le pedí que me dejara tiempo para asimilar todo... él nunca quiso romper la relación, si bien yo sentí que algo se había quebrado entre los dos. siempre le expliqué que para mí el perdón es una cosa que no sirve para nada, porque es otorgar la licencia para que el otro vuelva a cometer aquel acto con el que nos agredió. por eso no lo iba a perdonar. si es que debía. nunca he sido un santo. y tampoco he sentido culpa por ello. él es diferente.
tiempo después fuimos a ver "un año sin amor"... una peli de temática gay... al cine. por suerte no fue en mardelplata. fue rara la escena nuestra viendo un película así en el cine... nos sentimos muy unidos.
tiempo después... como era de preverse volvimos a mardelplata. no quise ni mirar el lugar en el que estuvo con aquel muchacho... no quise ni mirar.
y cuando nos estábamos yendo, unas horas antes... nos abrazamos en la cocina y volvió a cantarme... "allá afuera..." y solamente pude llorar... en un momento creí que me iba a sentir realmente perdido... y cuando estuvimos allí otra vez sentí que recuperábamos algo de lo que se había roto. sentí que seguíamos juntos por algo. que éramos un algo.
solo me queda el recuerdo de aquellos eventos de marzo. imágenes que cada tanto me revuelven la memoria. fotos. imágenes de hechos que no presencié. tal vez, por eso duelan tanto. porque pertenecen a un relato ajeno. son los dibujos que le hice a un texto que yo no escribí.
tampoco son tan importantes... por eso seguimos juntos. porque hay algo ahí. porque hay fotos de un relato que ya no es solo mío, es nuestro. hay caricias de una historia que no me contaron, sino que la viví. hay "te quiero" que no inventé. hay besos que acompañan una historia que se construye hace más de 20 meses ya. hay errores, hay acuerdos. estamos nosotros. juntos. vivos. para los dos.
no creo que mardelplata tenga la culpa.
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