Andrés Lewin... Demian

Este blog tiene muchos años y muchos mails en su cuenta. Hace 12 años me escribí unas líneas con el cantautor Andrés Lewin a raíz de una anécdota que envió a través de su mailing. Lo recordé cuando me enteré de su temprano fallecimiento en enero de 2016. Les copio el mail debajo de esta canción que por aquellas épocas nos tocó bastante, que vale la pena escuchar, de cuando amigos partían a otros países. Me pongo nostálgico con su voz. Recomiendo toda su obra. Nos habla mucho y lindo. Vaya mi pequeño homenaje para este grande.


Mail de Andrés Lewin, 12 de febrero de 2006:

"Amor gay" en la pared
Os tengo que contar un acontecimiento pequeño, inadvertido y un poco cinematográfico que ha ocurrido en mi barrio. No sé en qué momento ocurrió ni cómo ni por qué. Solo sé que por un día, me ha devuelto la confianza en el ser humano.

Todo comenzó hace unos tres años, cuando decidí pintar el salón de mi casa de color vainilla. Antes estaba pintado de color rosa pastel. Yo no tengo nada contra el rosa, pero ocurrió que se retiraron dos cuadros que había hecho mi madre, y en su lugar quedó la marca de los cuadros en un rosa más claro. Cuando vi el vacío que se había quedado en la pared pensé "ya nada va a ser como antes", y acto seguido me dió un ataque de pánico. Al día siguiente me fuí a la playa con mis amigos, y cuando volví, para evitar un segundo ataque de pánico, decidí tapar todo con color vainilla.

De modo que compré pintura blanca, que luego convertiría en color vainilla con tintes. El bote de pintura era de 20 kilos, y era de plástico. Mi casa estaba un poco lejos de la tienda y no tenía coche, y como los 20 kilos me resultaban muy pesados, decidí hacer girar el bote dándole patadas, ayudándome de su forma cilíndrica. El invento duró sólo unos metros, porque, como quizás es lógico, la tapa del bote se rompió y dejó caer la pintura.

Puse el bote en posición vertical. Lo normal hubiera sido taparlo y seguir transportando la pintura hasta mi casa. Pero algún tipo de enajenación, algún tipo de rapto del entendimiento se apoderó de mí. Metí mi mano en el bote de pintura y, completamente tarado, escribí "amor gay" en la pared que tenía enfrente. Y así fue como dejé ese extraño testimonio, en blanco sobre rojo burdeos. Quedó curioso el asunto, porque se veía claramente que se trataba de  pintura blanca, y no de graffiti. También era curioso el contenido de las palabras, sobre todo en mi barrio, que es el típico barrio del extrarradio, completamente ajeno a la amabilidad hacia los gays.

En el momento de mi enajenación no tuve en cuenta la gran probabilidad de que una panda de indeseables estupefactos me linchara, tanto por el contenido de mi mensaje como por la absoluta incomprensión de su sentido conceptual (aunque tampoco yo entiendo su sentido). También podría haberme llevado paraguazos y chillidos de viejas-cívicas-cobra-recibos de la comunidad, o podría haberme ganado una multa por manchar la pared. Pero algo me empujó a escribir "amor gay" en la pared y allí se quedó intacto, durante un año.

Antes de continuar con mi historia debo decir que finalmente llevé el bote de pintura hasta mi casa (de la manera tradicional), y que pinté felizmente el salón de color vainilla.

Como decía, mi "amor gay" se quedó intacto durante un año, hasta que un día triste, al volver de hacer la compra de la semana... lo vi tachado. Un graffitero lo había tachado con graffiti negro. Pero se seguía leyendo. Y así permaneció otros dos años.

Lo que os voy a contar, lo verdaderamente esperanzador, lo que me llena de alegría, no sé cuándo ocurrió ni sé por qué ocurrió ni cómo ni por obra de quién.

El gimnasio al que voy a correr todos los días está en el polideportivo en cuya pared rojo burdeos coloqué mi "amor gay". Hace dos meses, al salir del gimnasio, pasé por esa pared, y me encontré con que a dos metros de mi "amor gay" tachado... alguien había escrito otro "amor gay", con graffiti negro.

Al ver esto la alegría llenó mi alma por completo. Veamos si puedo explicarme. Al ver un nuevo "amor gay" a dos metros del mío pensé "quizás haya esperanza en este mundo de retrasados mentales, hijos de puta y homófobos". Realmente, no aguanto la homofobia, y espero que acabe pronto. De ahí mi enorme felicidad. Un pequeño adelanto, en la pared, de un país mejor con gente mejor.

Hay varias posibilidades. La menos esperanzadora de las posibilidades es que un graffitero con el cerebro de una lata de atún, al ver un "amor gay" en la pared, haya querido replicarlo pensando que se trataba de algún tipo de nueva tendencia. Pero esta posibilidad queda bastante descartada por el hecho de que mi "amor gay" estuviera tachado... no podía ser una gran tendencia si estaba tachado...

Otra posibilidad, más esperanzadora, es que un graffitero sensible e inteligente, haya querido de esa forma expresar simpatía a los homosexuales. Quizás al ver mi "amor gay" tachado, ha querido reivindicarlo. Incluso pudo haber sido un graffitero homosexual, haciéndolo tal vez bajo la amenaza de que sus amigos le vieran...o con la complicidad de ellos. Al fin y al cabo, hace unos meses vi a dos chicos super jóvenes y super barriobajeros (y super guapos) besándose en el autobus que viene a mi barrio. Ese acontecimiento también me llenó de esperanza, aunque me guardo el mérito de haber sido el primer gay sin tapujos del autobús.

Hay otra posibilidad, que defiende un amigo mío con más imaginación que yo: que el mismo graffitero que hace dos años tachó mi "amor gay", ahora haya "corregido" su actitud escribiéndolo de nuevo. Tanto la tachadura de mi "amor gay" como el nuevo "amor gay" tienen el mismo graffiti de color negro. Pero yo creo que esa no es demasiada evidencia para concluir que se trate de la misma persona. Mi amigo dice que es posible que hace dos años el susodicho graffitero fuera homófobo y ahora haya querido redimirse de esa actitud nefasta escribiéndolo de nuevo. Otra posibilidad es que ahora el graffitero sea homosexual, y haya tenido que reescribirlo.

La motivación del nuevo "amor gay" pintado en la pared quizas no sea ninguna de éstas. Lamentablemente, hay otras posibilidades menos esperanzadoras, en las que prefiero no pensar: pudo haber sido una broma, pudo haber sido una apuesta, pudo haber sido un borracho, pudo haber sido un segundo acto igual de enajenado que el mío... quizás lo han hecho los extraterrestres... Me hubiera encantado estar allí cuando ocurrió y preguntarle a quien lo hizo por qué lo estaba haciendo. Y darle un abrazo, si hubiera procedido.

Y el asunto es que yo, que voy a correr todos los días al gimnasio, lo hago detrás de la pared en la que están escritos los dos "amor gay": uno tachado, escrito por mi hace tres años, y otro nuevo. También los bakalas retrasados que se ponen guapos en el gimnasio, lo hacen detrás de esa pared.

Sería genial hacerle una foto a la pared para que lo veáis. Pero no tengo cámara digital y además, a través del sistema de la lista de correo de mi página web no se pueden enviar imágenes. Pero os voy a dar los datos, porque los dos "amor gay" siguen ahí, y seguirán hasta que el ayuntamiento decida pintar, o alguien decida tachar el segundo "amor gay"... Teneis que ir a San Cristóbal de los Angeles (Madrid), preguntar por el "Día" que está cerca del polideportivo. Y al lado del "Día", justo enfrente de la verdulería, veréis el pequeño y gran acontecimiento que me ha hecho feliz.

Un abrazo a todos!!!

PD: venid a mis próximos conciertos, tengo nuevas canciones ("Manifestación contra mi depresión", "El fantasma egoísta" y "Tu perro").

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Mi respuesta, 13 de fenrero de 2006

andrés, como estas?

con un amigo te descubrimos el año pasado, hurgando en alguna página gay. mi amigo iba a españa a vivir, como tantos otros argentinos, y por esos días escuchamos varias veces "sin billete de vuelta" y "despeinado"... mucho nos gustó sentirte cantar de profundidades que no todo el mundo entiende.

bueno, pero si me dejan me voy de tema. me pareció muy fuerte eso del "amor gay". ya me empecé a imaginar muchos lugares en el mundo con la misma leyenda, lugares donde la lucha a veces es más dura que en otros, y esa leyenda tan simple puede ser un grito de esperanza para quienes pueden sentirse ahogados entre tanto homófobo. qué lástima q no tengas una foto a mano para que todos podamos verla, hasta quienes estamos lejos.

esta anécdota maravillosa que contás, me debe una réplica. siento que necesito escribir esa misma leyenda en alguna pared y retribuírtela, obsequiártela en una foto. tal vez, seamos varios los que creamos que una frase como esa traerá esperanza a muchos.

por ahí eso que hace unos años te movió a escribirla, genera algo más aún...

te mando un abrazo y gracias por tu música. (y por tus anécdotas).

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Su respuesta, 15 de febrero de 2006:

Quizás no sepas que soy compatriota tuyo jeje... Yo nací en Buenos Aires, calle Canning 125 (ahora Escalabrini Ortiz), en el barrio de Palermo, y vine aquí a los 10 años...

Si tienes suficiente edad, pudiste haber visto a mi padre poniéndole los cuernos a mi madre en las playas de Mar del Plata!

Me alegro que te haya gustado mi historia... voy a intentar hacer una foto, a ver si alguien con camara digital viene a mi barrio. Y bueno, si quieres replicarlo, pues ya sabes, pero asegúrate de que no te vean homófobos ni viejas ni policias....

Un abrazo trasatlántico!



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