Leopoldo Brizuela

Me queda trunco el post "Leopoldo y Osvaldo" de octubre de 2004, derivado del post "se le pasó sí sí" de septiembre de 2004. Me queda trunco porque hoy se fue Leopoldo, con 55 años.

A raíz de aquellos dos posteos, conocí a Leopoldo y a Osvaldo. Con Leo fuimos a tomar una birra a un lugar que ya no existe antes de un recital de poesía. Nos cruzamos muchas veces, en los viajes en colectivo, principalmente. Recuerdo que una charla versó sobre los chats y cómo parecía terminarse el mundo cuando pasabas los cuarenta y decías en el chat que tenías más de cuarenta. Era su caso, en ese momento. Eran otras épocas también. La muerte de su padre, sus viajes a París. Leopoldo fue un gran escritor, sensible, inteligente, minucioso, y un tipo preocupado por la justicia social.

En 2004 hice referencia a una recopilación de relatos homoeróticos argentinos, muy logrado, un libro hermoso que no deberían dejar de leer. El tiempo trajo "Inglaterra. Una fábula" y "Lisboa. Un melodrama". Grandes obras.

Hace muy poco me lo crucé de nuevo. Nos saludamos muy sonrientes, él sonreía, tenía una hermosa sonrisa y así quedará en mi recuerdo, junto con otros que guardaré para mí. Hoy me tomé el colectivo temprano y pensé que, tal vez, me lo encontraría de nuevo, y nos saludaríamos sonrientes. Me senté adelante y cuando llegamos a la parada en la que se sube siempre, miré. No subió esta vez. En medio del camino, me enteré que hoy empezó otro viaje.

Hasta siempre, Leo, hasta que nos encontremos de nuevo.