un recuerdo de primavera

hace unos años tuve una novia de quien no recuerdo si hablé alguna vez... recién chequeaba los nombres de los libros que ylek ha leído y recordé algo que me pasó con aquella novia, con un libro que yo le regalé. (el libro no figura en la lista de ylek, eh, sí figura kavafis, pero eso es otra historia)

corría 1998, yo todavía no asumido ni por chiste, negado absolutamente a mi espíritu gay, me compliqué la existencia con una piba que venía de la pampa, una amiga de una prima mía. una mina especial, pobre. especial, digo, no sólo por cometer el grosso error de fijarse en un tipo como yo, que no sólo no tenía claro mi propio devenir sexual (ella nunca lo supo, o si se dio cuenta... nunca me lo dijo. mejor) sino que además rehuía de esas relaciones en las que la gente empieza a depender o a tener que pensar en el otro. en un otro además de uno.

cumplimos no sé qué mes, o no, no era un mes, ahora me acuerdo, fue para (oh, hoy es 21 de septiembre!) la primavera del 98. yo la busqué ese día en la pensión y no estaba, no estuvo en todo el día. llamé como loco, y hasta fui a buscarla a una terminal, con una bolsa que contenía una flor y un libro para ella. aquel día nos desencontramos. tenía ganas de verla, de pasar el día con ella, keseió. ella se había ido enojada porque no había podido superar una mentirita mía de hacía una semana... era una pavada pero bueh... ella solía exagerar para hacerme sentir mal. como para tener control, dominación. a veces lo lograba.

el libro se llamaba "Te trataré como a una reina", de la española Rosa Montero. cuando fui a la librería me sedujo el nombre. yo había sentido algo de culpa por el suceso de la mentirita, así que dije, bueno, el título dice mucho. es como un deseo.

la rosa roja y el libro se hacían compañía en una bolsa de papel, en el lavadero. fue triste la víspera y me dormí esperándola, en realidad. finalmente, al otro día, 22 de septiembre, apareció por mi casa. no le reproché nada, simplemente porque casi al final del día me había preocupado por su ausencia. así que le di sus regalos, nos besamos, se fue a su casa.

días más tarde, noté que ella no me comentaba nada del libro, lo cual me llamó la atención porque ya había empezado a leerlo, según me dijo. hasta que un día, en una plaza, se animó y me preguntó: vos leíste ese libro? yo le conté la verdad, que no lo había leído y que realmente no sabía ni de qué se trataba, que me había encandilado el título como forma de mensaje para ella. ahhh, me respondió.
por qué? le dije.
nooo, por nada... seguro que no lo leíste antes, no?
uhhh, pensé yo. qué tendrá, qué dirá ese libro...??? ya veo que dice alguna cagada que ella asocie a nosotros y me muero... lo que faltaba.
no, la verdad que no lo leí, por qué? qué dice?
emmm, no, está bien, lo que pasa es que el libro comienza relatando como una mujer ve a un pibe de 18, la mina medio menopáusica parece, y empieza a masturbarse pensando en el pibe... (o algo así, hay una masturbación, como comienzo, al parecer) emmm, y así todo el libro... la mina piensa en el sexo todo el tiempo...
ahhh, dije yo, colorao´ como hueo´ recién rascao´, pero no!, no es un mensaje para vos!, es decir, yo no lo había leído, te juro, de verdad. mientras, no podía parar de reírme, por lo gracioso/asombrado de su cara mientras me lo contaba y por mis nervios...
no sé si me habrá creído.
la relación terminó en enero de 1999, cuando yo decidí no llamarla más. mal de mi parte.
nunca volví a tener una relación así con una mujer.

eso sí: ahora cada vez que regalo un libro, chequeo el contenido, no vaya a ser cosa... ;)

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