¿Todos los matrimonios son igualitarios?
Hace unas semanas, unos amigos se casaron. Pareja heterosexual muy piola. Por esos días, tuvimos una hermosa charla con amigas de la pareja sobre cómo la empleada del registro civil hizo lo posible por decir cosas que pudieran sonar lindas y, sin embargo, sonaban feas o ridículas.
Frases tales como "la felicidad individual de cada uno ya no importa; lo que importa es hacer feliz al otro". O al hablar de los deberes de cada uno de los cónyuges, sorprendió dirigiéndose a la chica con un "tu deber es acompañarlo en sus proyectos". Alguien malpensado podría decir que insinuó que la chica no tenía proyectos, entonces debía acompañar los del marido. O que el marido no tenía el deber de acompañar a la chica en sus proyectos.
Todos nos reímos a cada frase fuera de lugar. Conocemos a la pareja, sus identidades ideológicas, sus inquietudes, su formación académica, sus proyectos, su trabajo, su respeto por el otro, su amor.
Ahora bien, en la charla posterior, hice mención a que en dos bodas de gays, y especialmente en una, un empleado habló de lo que antes no se podía y ahora sí, como un logro de la sociedad, que ellos estuvieran ahí mismo, y él celebrando ese matrimonio. Hizo una reivindicación política e ideológica de esa "igualdad" que se plantó con ley.
Surgió la pregunta: "¿Por qué es igualitario solo el matrimonio en parejas LGTB?" Es decir, por qué no se concibe como igualitario el matrimonio heterosexual, si la ley que lo instauró es la misma.
Este planteo acerca de la igualdad me parece muy rico: la igualdad ya no es solo concebida como un derecho ganado por la comunidad LGBT al conseguir el matrimonio civil al mismo nivel que las parejas heterosexuales. La igualdad instaurada por esa ley excede ese destino. La igualdad es entre cónyuges, sean varones entre sí, mujeres, trans, hetero, etc.
Y este concepto ampliado, una obviedad para algunos, es lo que el matrimonio igualitario enriqueció para siempre en la sociedad. Todos los matrimonios deben ser igualitarios, para afuera, hacia la sociedad, y para adentro, entre cónyuges.
Frases tales como "la felicidad individual de cada uno ya no importa; lo que importa es hacer feliz al otro". O al hablar de los deberes de cada uno de los cónyuges, sorprendió dirigiéndose a la chica con un "tu deber es acompañarlo en sus proyectos". Alguien malpensado podría decir que insinuó que la chica no tenía proyectos, entonces debía acompañar los del marido. O que el marido no tenía el deber de acompañar a la chica en sus proyectos.
Todos nos reímos a cada frase fuera de lugar. Conocemos a la pareja, sus identidades ideológicas, sus inquietudes, su formación académica, sus proyectos, su trabajo, su respeto por el otro, su amor.
Ahora bien, en la charla posterior, hice mención a que en dos bodas de gays, y especialmente en una, un empleado habló de lo que antes no se podía y ahora sí, como un logro de la sociedad, que ellos estuvieran ahí mismo, y él celebrando ese matrimonio. Hizo una reivindicación política e ideológica de esa "igualdad" que se plantó con ley.
Surgió la pregunta: "¿Por qué es igualitario solo el matrimonio en parejas LGTB?" Es decir, por qué no se concibe como igualitario el matrimonio heterosexual, si la ley que lo instauró es la misma.
Este planteo acerca de la igualdad me parece muy rico: la igualdad ya no es solo concebida como un derecho ganado por la comunidad LGBT al conseguir el matrimonio civil al mismo nivel que las parejas heterosexuales. La igualdad instaurada por esa ley excede ese destino. La igualdad es entre cónyuges, sean varones entre sí, mujeres, trans, hetero, etc.
Y este concepto ampliado, una obviedad para algunos, es lo que el matrimonio igualitario enriqueció para siempre en la sociedad. Todos los matrimonios deben ser igualitarios, para afuera, hacia la sociedad, y para adentro, entre cónyuges.
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